IGORs

lunes, 24 de agosto de 2009

NUEVOS INQUILINOS "Pequeños inconvenientes" (Decimocuarta entrada)


Al llegar, un infectado con bata custodiaba el ascensor, le vacié el extintor entero mientras chillaba de dolor y luego cayó al suelo con convulsiones sin volver a emitir un solo ruido. Llamé al ascensor y cogí el extintor de esa planta mientras esperaba.

“Ding, séptima planta, Comedor y alojamiento de personal”, no pude evitar saltar a un lado, pero por suerte, el ascensor llegó vacío, entré, subí al piso cero y cuando llego, según se abrían las puertas solté una rociada para evitar sustos. Esta vez nadie me esperaba, así que corrí a lo largo del pasillo soltando rociadas a todas las puertas con las que me cruzaba.

Cuando llegué a la salida, cerré la puerta tras de mí y me alejé una veintena de metros por lo menos, me parapeté detrás del tronco de un árbol y me volví justo para ver como la base implosionaba y la puerta desaparecía succionada por la base. En ese mismo momento, comencé a notar un gran dolor en toda la cara, me ardía por dentro.

-¡¡Noo!!

Salí corriendo hacia un vehículo medio destrozado cerca de la entrada y cogí los restos del retrovisor, sólo corroboré lo que ya suponía, unas gotas de sangre salpicaban mi cara.

Cogí el extintor y lo enchufe a mi cara, más valía morir a infectar a toda la población, pero ni eso pude, el extintor estaba vacío. El dolor se intensificaba muy rápido, eso era bueno. Posiblemente debido a las fuertes temperaturas el proceso se había acelerado, moriría en pocas horas y la plaga acabaría conmigo.

Busqué una pala y comencé a cavar mi propia fosa, pero antes de que pudiera terminarla me caí desplomado. El dolor era extremo, notaba cien mil diminutas bocas comiéndome por dentro. Mi cerebro no era capaz de mandar las órdenes al resto del cuerpo, no podía moverme, hablar… sólo quedábamos el dolor y yo. Lo único que podía hacer era esperar a que el dolor y mi existencia terminasen pronto.

-¿Carlos?, despierta cariño, no me dejes, soy yo Marta, no puedes estar muerto.¡Aquí, corred, Carlos sigue vivo!,¡ el pulso es muy débil, pero sigue vivo!.

-Tranquila, ponle esta manta térmica para la hipotermia y llevémoslo al hospital, el otro equipo entrará a buscar supervivientes.

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