IGORs

miércoles, 18 de noviembre de 2009

NUEVOS INQUILINOS "Lo de dentro" (Undécima entrada)


MIÉRCOLES

África, desierto del Sahara, instalaciones Thanos, Denis, 35 años.

No he podido pegar ojo en todo el día, para dos veces que he conseguido dormirme he acabado siendo descubierta y trasladada al antiguo laboratorio, esos cuerpos demacrados, esas caras, esos ojos vacíos pidiéndome que les ayudara y rodeándome hasta asfixiarme. Del último sueño me desperté gritando al ver a mi madre entre ellos, pero eso es imposible, mi madre está muerta.

Son las seis y tras la última pesadilla se me han quitado las ganas de quedarme dormida, me voy al gimnasio a descargar algo de esta tensión y me doy un baño caliente para tratar de relajarme un poco. No sé si esta noche seré capaz de volver a esos túneles oscuros, de hecho cada vez tengo más ganas de salir corriendo de aquí.

Pero sé que me faltan todavía piezas importantes del puzle, no sé cuál es la conexión entre todas las partes y jamás podré estar tan cerca de poder descubrirlo. Salgo de la ducha, me seco y me prometo a mí misma que pronto tendré todo atado y podré salir y hundir esta pestilente compañía.

Me pongo la ropa de trabajo y me relajo en la sala de vídeo con un documental… ¿de cucarachas?, la gente hace documentales de todo hoy en día, anda, pues no dicen que son capaces de sobrevivir una semana sin cabeza, la naturaleza está loca.

Da la hora y empiezo la jornada, según pasan las horas, la tensión y el agobio van volviendo. Llega la una de la madrugada y me dirijo a las cocinas de nuevo, las manos me tiemblan al retirar la rejilla, subo y enciendo la luz.

Todas estas noches he podido notar un ruido lejano de maquinarias, parece provenir de la parte más alejada del complejo, la parte opuesta a la zona para temporales, alejada para que ninguna persona externa pueda colarse. No sé con qué más pueden sorprenderme, pero seguro que se superan.

Comienzo a recorrer los conductos en dirección al ruido continuo y constante, a la media hora me envuelve completamente y amortigua mis pisadas, así que decido acelerar el ritmo. Comienzo a ver a lo lejos algo de luz, debe provenir de alguna sala iluminada.

Me asomo a las ranuras y distingo lo que parece una sala de montaje, poco a poco mi vista se acostumbra a la luz y distingo una camilla con una bolsa negra abierta y vacía, enfoco al fondo y lo comprendo todo, o lo que se puede comprender en un caso como éste.

Efectivamente es una cadena de montaje, veo como unos operarios introducen un cadáver en la armadura, lo anclan a su interior y se retiran, el resto está sistematizado. Sigo al cadáver con la vista sin poder evitarlo, le acoplan la parte delantera y la sueldan. Continúa avanzando con la cabeza asomando por la parte superior de la carcasa de metal, se bambolea de lado a lado según se mueve y se para. Dos brazos mecánicos se adelantan y sujetan la cabeza recta mientras una jeringuilla enorme baja hasta hundirse más allá del cráneo, luego un sonido de émbolo y los brazos y la aguja se alejan.

La cabeza cae bamboleándose y se queda estática mirando al suelo. Apenas dos segundos después comienza a… ¿temblar?, no, se convulsiona… El muerto dentro de la armadura intenta moverse, luego la cabeza se levanta con los ojos completamente inundados en sangre, visualiza al operario más cercano y comienza a salivar y a lanzar mordiscos en su dirección, la armadura se tambalea, el muerto se retuerce dentro de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario