IGORs

miércoles, 18 de noviembre de 2009

NUEVOS INQUILINOS "Lo de dentro" (Novena entrada)


MARTES

África, desierto del Sahara, instalaciones Thanos, Denis, 35 años.

Apenas he podido dormir con la visita a la morgue de la pasada noche. A eso de las cinco, decido dejar de tener sueños cortos y angustiosos y me levanto, me aseo y me dirijo al gimnasio de las instalaciones. Tras una hora machacándome y media en el spa, me siento bastante mejor, pero no me quedaré tranquila hasta que descubra qué hicieron con mi madre.

Al igual que el día anterior me dirijo a las cocinas hacia la una de la madrugada, voy directa al almacén y comienzo a peinar la zona. Alrededor sólo hay pequeños laboratorios con muchas probetas y líquidos extraños, pero no hay ni rastro de los cuerpos fuera de la morgue.

Comienzo a alejarme más del almacén y entonces los encuentro. Sabía que tenían que estar en alguna parte, pero al verlos tras la rejilla, la visión me sobrecoge. Ante mí tengo una sala de dimensiones difíciles de calcular, completamente diáfana salvo por los miles de robots que permanecen quietos, alineados como un ejército. No puedo evitar pensar que esto es lo que debió sentir el que descubrió los “Guerreros de Siam”.

Pienso en bajar, verlos de cerca, abrir uno y poder ver cómo son por dentro, pero desisto al ver las diversas cámaras que controlan la sala, sería un suicidio. Sacudo la cabeza y continúo por el pasillo mientras digiero lo que acabo de ver.

Cuando estoy a punto de dejar la búsqueda de los cadáveres, descubro algo que me puede ser muy útil, una sala pequeña con muchos monitores y un hombre con bata frente a un teclado, parece bastante adormilado. Posiblemente a través de los monitores pueda ver más rápidamente lo que hacen en estas instalaciones, lo difícil será bajar, ya que desde aquí arriba no se ve nada.

Decido esperar, por un día que desaparezca más tiempo no creo que me descubran, a la media hora el doctor coge su taza de café y la observa vacía, se levanta y sale de la sala. No sé cuánto tardará, pero es ahora o nunca.

Esta vez vengo preparada, uniendo grandes cantidades de cable, he fabricado una pequeña cuerda de unos seis metros, lo que me permite descolgarme dentro de la sala y poder volver a subir luego.

Una vez abajo observo los monitores sin dar crédito a lo que veo, en todos los monitores se ven salas o pasillos tan sólo iluminados por luces amarillas tenues, seguramente luces de emergencia, los muebles y utensilios están por los suelos y al igual que las paredes están manchados de algo oscuro. Entonces me fijo en ellos, por dios, son seres humanos, o eso parecen, apenas los veo con claridad, sus movimientos son lentos y erráticos, cuando me fijo mejor a algunos parecen faltarles miembros y están cubiertos de… sangre, no podría asegurarlo cien por cien pero seguro que, al igual que las otras manchas, son de sangre.

Me giro y casi vomito en la papelera, menos mal que me contengo, habría sido mi ruina, que han hecho con esa gente, siguen vivos, ¿por qué no los rematan y dejan de hacerles sufrir? Tengo que saber más.

Cojo el teclado que hay sobre la mesa y observo que frente a él a ras de mesa hay un pequeño monitor con unos informes abiertos, comienzo a ojearlos, parecen informes de seguimiento, los están estudiando, esto es aberrante.

Minimizo el archivo y comienzo a revisar otros que voy encontrando, por lo visto las imágenes no son de este laboratorio, por lo visto existe otro anterior a este. Bueno, por lo que acabo de encontrar existía, fue sellado hará unos doce años por una epidemia muy virulenta que se extendió por todo el complejo. Lo más sorprendente es que una vez sellado no lo limpiaron, en su lugar todavía hoy observan como siguen vivos sin hacer nada por ellos.

Me gustaría trastear más, pero creo que tengo suficiente, descubro el emplazamiento en Alaska y me apunto las coordenadas, se las pasaré a Lázaro por si ellos pueden hacer algo por esa pobre gente. Borro los archivos temporales de acceso a los archivos para que no sospechen y vuelvo a trepar por la cuerda, pongo la rejilla y la atornillo a tiempo para ver como vuelve el operario, se sienta y sigue dando cabezadas.

Recorro los túneles de vuelta y termino mi jornada, no creo que hoy duerma mejor, como siga así terminaré volviéndome loca. Debería volver, con lo que he visto tengo de sobra para que el gobierno abra una investigación, pero estoy segura, no he rascado más que la superficie. Además, todavía no sé para qué quieren tantos cadáveres. Definitivamente mañana volveré a los túneles.

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