IGORs

lunes, 16 de febrero de 2009

El Lobo, entrada 4


ENTRADA 4


La humedad le calaba hasta los huesos, llevaba alrededor de doce horas apostado en ese pantano, inmóvil, atento al paso del enemigo, oía a lo lejos el ruido de los disparos, las explosiones y, cada vez mas cerca…

Lobo se despertó sobresaltado, solo había sido un sueño… salvo los tiros, estaba seguro de haber oído disparos, un breve vistazo a su alrededor le recordó donde estaba, y el ver a bardo con el pelo erizado y un leve gruñido escapando de el le convenció de que el sonido de disparos no había sido soñado. Poso una mano sobre la cabeza del perro y este se silencio al instante, se levanto lentamente y sin hacer ningún ruido apoyo la cabeza contra la puerta y aguzo el oído… y oyó el arrastrar de una mesa, posiblemente la que había colocado tapando la entrada.

-¡Tomás, manda a la cría no valla a haber bichos de esos!- la voz debía de ser de una mujer, de mediana edad, y por el deje no parecía una señorita, acto seguido oyó levemente la voz de un hombre, una replica por parte de una voz mas débil, que no llego a distinguir bien, y acto seguido una bofetada tan sonora que la escucho perfectamente.
Estaba claro que esos tipos no eran muy buenos con eso de la sutileza, así pues debían de ir preparados, posiblemente bien armados.

Lobo se aparto lentamente de la puerta, fue hasta la ventana y abrió las contraventanas muy despacio, sin hacer el menor ruido, esa ventana daba a la fachada contraria a la entrada, lo que le vendría bien, ya que posiblemente esa gente no hubiese asegurado el perímetro, de hecho por lo que el sabia hasta el momento eran tres personas, deslizo su cuerpo a través de la ventana, llegando al tejado de pizarra, con cuidado fue bordeándolo, hasta llegar al extremo derecho de la casa, se agacho y observo con cuidado, enfrente de la casa había una ranchera roja, cubierta de barro y muy usada, apoyada contra ella estaba una señora de mediana edad, mal arreglada y con cara de pocos amigos, posiblemente fue a la persona que oyó hablar antes, del hombre y la supuesta muchacha no había rastro, posiblemente hubiesen entrado en la casa.

Tras ver la situación retrocedió lentamente, se dirigió a la ventana de la habitación contigua a la suya y se apoyo al lado de ella en el tejado, escucho como se abría la puerta de la habitación y entraba alguien a mirar, y al poco salio de nuevo al pasillo, sigiloso Lobo se asomo levemente por la ventana y tras cerciorarse de que no había nadie entro, oyó como abrían otra puerta, supuso que la de enfrente a la que había usado para descansar esa noche, se aproximo a la puerta que daba al pasillo, mientras el misterioso visitante inspeccionaba, sin hacer ruido Lobo entorno ligeramente la puerta, se maldijo a si mismo por haberse olvidado del abrigo, ya que allí tenia su pequeño espejo de mano, confiando en sus reflejos abrió silenciosamente la puerta y se asomo al pasillo, se aproximo despacio a la puerta en la que había entrado el visitante, se apoyo en la pared y espero pacientemente, escuchando como se movía de un lado a otro, hasta que finalmente oyó sus pasos aproximarse a la puerta, según salio sin que el intruso pudiese reaccionar le tapo la boca con una mano y con la otra le retorció el brazo detrás de la espalda, dejándolo completamente inmovilizado, la figura se revolvió un poco, pero Lobo ni se inmuto, se trataba de una muchacha, joven, y bastante flaca, demasiado de hecho, era mas bien baja, dos cabezas mas pequeña que Lobo. Iba vestida de manera bastante llamativa, pantalones militares, camiseta holgada, botas negras de buen tamaño, correa de pinchos al cuello y otra similar en la muñeca, los lados de la cabeza rapados y en el resto melena, se notaba a la legua que era punk. La muchacha tenía ímpetu, le mordió la mano a su agresor mientras le propinaba talonazos en las espinillas, pero Lobo se limito a retorcerle más el brazo hasta que paro, y acto seguido en silencio la metió en la habitación de la que acababa de salir ella.

-Chica-susurro Lobo- en principio no tengo intención de hacerte daño, pero si gritas o me atacas te matare-la voz tenia un tono frío y serio que hizo estremecerse a la chica- ahora te voy a soltar, no quiero ni un grito, ni un gesto brusco ¿entendido?- la muchacha asintió levemente.

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