IGORs

sábado, 7 de febrero de 2009

El Lobo, entrada 2


ENTRADA 2

Se tapo la boca con la mano para ahogar el sonido de una tos seca, el encuentro le había pillado por sorpresa y le estaba costando recuperar el aliento, tanta acción y tan poco descanso empezaba a pasar factura.

La habitación parecía abandonada hace tiempo, con mucho polvo aquí y allá, la mesa estaba volcada donde debió de caer hace ya bastante tiempo, un espejo roto… sin duda el que lo rompió ya había cumplido su cupo de mala suerte para toda una vida… pero quien no en estos tiempos… . La ventana estaba apuntalada pese a ser un segundo piso, un ejercicio fútil, jamás habrían llegado tan alto por fuera, pero en cambio por lo visto lograron entrar por abajo, mas les habría valido reforzar con esos tablones el piso bajo, un armario empotrado y una puerta en la pared de la derecha completaban la habitación.

El armario estaba entreabierto y se oía un fuerte zumbido, como de varios insectos, además un fuerte olor a putrefacción rezumaba de aquel lugar, su primer pensamiento aunque fugaz fue un podrido, pero no, se haberlo sido ya se habría levantado con el ruido y su simple presencia, hace tiempo que se dio cuenta de que esas cosas parecían capaces de detectar gente viva a cortas distancias sin necesidad de oírlos ni verlos.

Lo que le llamo la atención sin embargo fue la puerta, parecía sólida, había un rastro de polvo menos reciente desde la puerta de la habitación a esa otra puerta, además unas marcas de golpes salpicaban la puerta, la cual no obstante parecía haber resistido estoicamente aquellos embates.
Bardo estaba pegado a aquella puerta moviendo el rabo inquieto, lentamente y sin hacer ruido Lobo se fue aproximando a la puerta, y algo se le cruzo por la mente, un ligero aroma que el conocía muy bien… ahora entendía porque Bardo había corrido hasta allí… ese aroma… perro idiota… visiblemente inquieto apoyo la oreja en la puerta, y tras unos ligeros golpes escucho en espera de cualquier respuesta… nada, por unos instantes dudo que hacer, la puerta estaba claramente cerrada por dentro con algún tipo de pestillo, ergo las ganzúas no le iban a servir de una mierda, a machetazos podría separar la parte del pomo del resto de la puerta, pero no sabia a que altura estaría el pestillo, así pues la opción mas viable quizás fuese la menos sutil… y estando en territorio enemigo sin asegurar no le hacia ninguna gracia, aun así aquel olor le impedía irse sin mirar, se intuía que se iba a encontrar, pero no podía irse sin comprobarlo, tenia que estar seguro.

-Bardo vigila la puerta- Obediente el perro se aproximo a la puerta del pasillo y se quedo allí expectante.

Volviendo su atención a la puerta cerrada retrocedió un paso, levanto la pierna y le propino un sonoro patadón, se noto como se movía ligeramente en el marco, iba a necesitar mas insistencia, esta vez unos metros, aproximándose para su desagrado al armario, cogió carrerilla y cargo son sus espaldas dignas de jugador de rugby y sus noventa y tres kilos de peso contra la puerta, que salto arrancada de sus goznes.

El topetazo le dejo aturdido unos cortos instantes, enseguida reacciono y de un salto se puso en pie y observo la escena… y deseo no haberlo hecho. Una niña de apenas cinco años yacía en el suelo, en posición fetal, estaba allí, sobre la alfombrilla, al lado de una bañera con agua estancada, y un retrete muy usado, y por el suelo varios envases de herbal essence, eso era lo que había llamado la atención al perro, era la misma marca que usaba… bueno, no era tiempo para recordar, la niña debió de usar aquel potingue para mitigar el asqueroso olor de aquel servicio, debió de impregnarlo todo para evitar ahogarse en la peste de aquel cuartucho pequeño sin higiene ni ventilación alguna.

Perdido en sus cavilaciones empezó a oír algo, un ligero murmullo proveniente de la niña… ¿Podía ser verdad? ¿Estaba viva?, Lobo se aproximo expectante pero se detuvo en seco, fijándose con más detenimiento vio algo que le quito toda la esperanza, claro que no la había notado respirar… en la pierna tenia un mordisco, se incorporo lentamente, de manera tambaleante, con la boca entreabierta, Lobo agradeció para sus adentros que el pelo le tapase la cara, eso facilitaba mucho su trabajo, lentamente, sin sentimiento, hizo lo que había sido su trabajo los últimos años, saco su desert eagle, se paro un instante a comprobar que el silenciador estaba bien calado, y lentamente apunto a la cabeza a la niña, debía de haber cambiado hace poco, no se levanto ante los golpes y ahora estaba especialmente desorientada, otra ventaja, otro factor que lo facilitaba, con esto en mente le descerrajo un tiro en plena cabeza, abriendo un agujero del tamaño de uno de los puños de aquella niña, y tras un ligero murmullo se dio la vuelta en dirección a su perro, al pasillo, iba a registrar la casa en busca de un lugar seguro para dormir, pero seria lejos de esa habitación, mañana partiría y se obligaría a no pensar en este suceso, y a la larga no tendría ni que esforzarse, al fin y al cabo había hecho cosas peores a gente viva… ese pensamiento no le calmo… .

Su susurro fue ‘’réquiem in pax’’

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