IGORs

sábado, 13 de junio de 2009

NUEVOS INQUILINOS "El llanto"(primera entrada)

Tercer día en Barcelona y sigo sin dar con ella, Darla García, nadie sabe nada desde hace una semana más o menos. Es como si hubiera desaparecido, no conocerla más que de una semana que pasó en Madrid hará un mes, tampoco ayuda.

Fueron los siete mejores días de mi vida, descubrí lo que significa realmente ser amado y deseado. Cuando se fue ya nada volvió a ser igual, el vacío fue creciendo. En menos de un mes había empacado mis cosas en tres maletas y vendido mi piso, me había costado bajar el precio a casi la mitad de su valor. Pero lo único que quería era seguirla y encontrarla, no dejaría que se escapara otra vez.

Para mi desgracia, cuando llegué el piso estaba vacío y el portero decía que no la veía desde hacía cuatro días, ahora siete. Le convencí para que me diera las llaves diciéndole que era su prometido y comprometiéndome a pagar el alquiler, creo que el hecho de encargarme de los gastos del piso fue el punto decisivo.

Cuando entré, pude comprobar que como mínimo llevaba cuatro días sin dar señales de vida, cuatro o cuarenta. La casa estaba bastante destartalada, la cocina acumulaba cacharros sucios y tapes a medio comer de por lo menos dos semanas. La ropa sucia hacía montículo sobre el propio cesto.

Tanto en la cocina como en la habitación, el baño y el salón las cajas de somníferos de todo tipo, tamaño y colores se amontonaban junto con otros tantos tipos de tapones para los oídos.

Al segundo día, había llamado a la policía para denunciar su desaparición, esa misma tarde se presentaron dos agentes en el domicilio. El desorden de la casa y los comentarios del portero les llevaron a insinuarme que mi prometida había decidido dejarme y huir. No era el primer caso de esas características que habían visto.

No era muy creíble, ya que Darla no sabía que lo dejaría todo e iría tras ella. Si se lo hubiera dicho a los policías me habrían dicho cualquier otra cosa, no había indicios de violencia, sólo una persona muy desordenada, pero ni rastro de asalto ni allanamiento. Excepto por mi parte, sólo habría conseguido ser el principal sospechoso y probablemente no me hubieran dejado quedarme en el piso, era lo único que me quedaba de ella, su aroma y su esencia seguían en ese apartamento.

Mañana del tercer día en Barcelona, en vista de que Darla no aparece, he decidido dejar el hotel y mudarme al apartamento. Es un cuarto piso muy luminoso, sólo espero que si aparece, no se enfade por mi decisión, pero averiguaré más cosas desde su piso. Si alguien la echa en falta, tarde o temprano llamarán o aparecerán por su casa.

Conociéndola, o por lo poco que la conocí, era una persona bastante ordenada, antes de desaparecer de mi vida ya me había colocado el armario y la estantería de los libros. ¿Qué le pudo pasar para que su piso acabara así?, a lo mejor ordenándolo descubro alguna pista.

1 comentario:

  1. lo de "empacado" suena un poco latino y por ahi pone tapes, en vez de taper o tartera.
    Por lo demás me ha encantado, aunque tenga menor ritmo que el de la llamada, la situación angustiosa te pone en la piel del prot Y ESO MOLA!!

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